Como madre y como gerente de relaciones publicas en una agencia de PR y tecnología en Brazil, la futurología se ha convertido en un ejercicio diario. Entender a las nuevas generaciones y sus hábitos de consumo es una parte vital de mi trabajo. A diario, la nueva información sobre el mercado se combina con mis momentos de observación de mis hijos, menores de 5 años, quienes ya eligen sus formatos para educación y entretenimiento en tiempo real con tan solo dos clics en un smartphone. Un paralelo incomparable para una millennial vergonzosa como yo, que aprendió a leer tradicionalmente en la escuela con libros reales a los 7 años y tomó "lecciones de computación", ahora tengo una hija de tres años que ya sabe el alfabeto, juega y habla con Siri y Alexa sabiendo que no son personas reales.
Al desarrollar estrategias de comunicación y trabajar en un mercado en rápida evolución, no es difícil ver que Gen Z (1995 - 2010) y Alpha (nacidos después de 2010) serán la olla de oro para las grandes empresas en el futuro cercano. Pero una encuesta reciente creada por Snapchat en alianza con Oxford Economics demostró que las nuevas generaciones son más proactivas. Además de ser pioneros digitales excepcionales, generan cambios a través de sus impredecibles formas de consumo y hábitos económicos que motivan la transformación. Estas generaciones ya están motivando innovación para transformar el mundo a través de herramientas e ideas disruptivas.
Algunos puntos interesantes del reporte publicado por Oxford:
Habrá un mayor énfasis en habilidades para la fuerza laboral futura como la agilidad, la curiosidad, la creatividad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, aprovechando las fortalezas naturales de la Generación Z
La cuarta revolución industrial (4IR), las nuevas tecnologías y el legado del COVID-19 van a transformar la demanda de habilidades, con una mayoría de los trabajos requiriendo habilidades digitales avanzadas
Se proyecta que el mercado global de Realidad Aumentada (AR) se expandirá cuatro veces para 2023 y se estima que sus ingresos casi se cuadriplicaron entre 2018 y 2020.
En otras palabras, la Generación Z ya está cambiando la forma en que se gasta y se gana el dinero en Internet. Desde la perspectiva de la comunicación, un influencer de la Generación Z es más independiente y menos pasivo. Ella o él no espera un gran negocio con una marca famosa para ganar dinero. Sino que buscan su propia monetización a través de la Gig Economy, monetizando sus comunidades, buscando opciones de pago innovadoras para la producción de contenido digital (NFT), estimulando el mercado financiero a la disrupción con productos no convencionales, opciones de consumo (fintechs y blockchains) y el desarrollo de aplicaciones, servicios y organizaciones digitales.
Las nuevas generaciones desarrollarán el mercado de la realidad aumentada, el metaverso y la realidad híbrida, de una manera nunca antes vista, gracias al boom de los juegos durante la pandemia y la necesidad de una interactividad más inmersiva, que se expandirá más allá del entretenimiento y tendrá un impacto en la medicina, la ingeniería y la ciencia. Las empresas deberán enfocarse con mira láser en las necesidades de la Generación Z y Alfa para diseñar mejores estrategias de comunicación, modernas y efectivas.
Debido a que son nativos digitales, serán una fuerza laboral única, menos atrapada en contratos y lugares de trabajo burocráticos y haciendo más con menos, porque pueden lidiar mejor con la interactividad, los cambios rápidos y la incertidumbre. Con todos estos temas convirtiéndose en cambios urgentes durante la pandemia, nuestro futuro está justo ante nuestros ojos, conectado a las pantallas.
Para desarrollar cualquier estrategia o proyecto de comunicación para estas audiencias, los informes y números que muestran su valor para las marcas y los servicios ya no son suficientes. Necesitamos descubrir formas de hacer que sus ojos brillen más allá de las pantallas y ser parte de los cambios naturales que promueven. A medida que aumentan la Generación Z y la Alfa, todo lo que amaba del mundo prepandémico puede cambiar. Pero aún podemos tener un futuro mejor.
Tomando las precauciones adecuadas con el uso excesivo y la toxicidad que se encuentran en la cultura de Internet, el aprender del comportamiento de las nuevas generaciones ya no es solo una forma de estar al tanto de las tendencias sino una forma de comprender y co-crear, reduciendo y fomentando la brecha entre generaciones, apoyando importantes cambios estructurales en la evolución de la humanidad.